miércoles, 30 de abril de 2008

SENTIMIENTOS, CUANDO SON SINCEROS

Sentimientos
Hoy en día y sobretodo en Europa, el sentimiento está colocado en lo más alto e intentamos explicar casi todo mediante los sentimientos.

" Un padre ha matado a los violadores y asesinos de su hija". Ha matado...sí, pero ¿cuál es su justificación? Que la sed de venganza lo obligó a hacerlo. Entonces ¿qué castigo se le debería imponer a esta persona, que ha asesinado a otras? Pues como todos pensamos, la pena debería de ser menor, ya que lo hizo para vengar la muerte de su hija.

"Un hombre que conducía a mucha velocidad, porque tenía prisa por llegar al entierro de su madre, atropella por el camino a un niño que cruzaba la calle en ese momento". La pregunta vuelve a ser la misma. Él no tenía la intención de matar a nadie. En este caso, creo que la mayoría de la gente ya no pensaría en que la pena debe de ser menor.

Pero, ¿por qué? Esta persona ni siquiera mató intencionadamente, como en el caso anterior. ¿Quién decide cuando los sentimientos pueden jugar a favor o en contra del acusado? Quizá el ponerse en el lugar de la família del niño atropellado influya considerablemente. Nadie se pone en lugar de las famílias de los dos violadores.

Entonces está muy claro que los sentimientos influyen muchísimo, y más cuando hay niños de por medio.


Sentir
Sentir...ahora mismo. Estoy escuchando una música y, ¿la siento? La verdad es que me hace sentir muchas cosas, aquí, sola en mi habitación me puedo permitir sentir lo que quiera, o mejor dicho, expresar mis sentimientos sin miedo. Puedo llorar de emoción al escuchar una canción, o puedo levantarme y bailarla de alegría.

Cuando estamos frente al resto de la gente, muchas veces intentamos aparentar sentimientos que no tenemos, si no quedaríamos mal, ¿no?

Si tu me estás contando un problema, pero realmente no me importa lo que me cuentes, yo tendré que poner cara de interesada y estar atenta. Pero, ¿por qué hacemos esto? Apariencias y más apariencias... La gente no podemos permitirnos expresar lo que realmente sentimos, a veces. El porqué...seguramente lo hay. Si una persona no nos escuchara cuando le contamos algo, la miraríamos mal. Si todo el mundo intentase cambiar y decidir expresar los verdaderos sentimientos (cosa que sería difícil) probablemente ya no nos miraríamos mal, sería algo normal que nadie te escuchara cuando le hablas o le cuentas un problema.

Entonces, creo que me estoy aproximando a saber "el porqué", creo que sé la razón por la que la que disimulamos nuestros verdaderos sentimientos. Simplemente pienso que a nadie le gusta que no le escuchen y a todos nos reconforta saber que le importamos a alguien, o que al menos no estamos hablando con una pared. Creo que disimulando nuestros sentimientos no hacemos daño a nadie y la otra persona se va contenta, aunque sepa que realmente no te importa, lo que cuenta es que por lo menos hayas estado escuchándola.

Eso pienso, aunque he limitado esta explicación a un ejemplo en el que uno habla y el otro escucha. No digo que sea aplicable en otras situaciones. En cualquier caso ser sincero no está mal, siempre que sepas cuando serlo.



"Es parte de la definición de sentimiento el que nazca en nosotros sin la intervención de nuestra voluntad. En cuanto queremos sentir el sentimiento ya no es sentimiento, sino que es una imitación de tal, su exhibición"

Milan Kundera






miércoles, 9 de abril de 2008

EL DILEMA DEL PRISIONERO

El dilema del prisionero es un juego de suma no cero en el que los beneficios de cada uno de sus dos componentes se obtendrán a partir de las acciones que hagan los dos, es decir, habrán de colaborar o de desertar.


La situación es la siguiente: la policía captura a dos componentes de una banda criminal y los arrestan. Se encuentran en habitaciones separadas y no pueden comunicarse entre ellos. La policía sabe que no tienen las pruebas suficientes para condenarlos, entonces piensan sentenciarlos a un año por un delito menor ocurrido en sus pasados. El inspector de policía les propone a cada uno el mismo trato:




" Si testificas contra tu compañero, pero él no testifica contra tí, él será condenado a 3 años y tú quedarás libre "
"Si ambos os delatáis os corresponderán 2 años a cada uno"
" Si ninguno de los dos testifica seréis condenados a un año de prisión".





Cada uno de ellos sabe que el pacto también ha sido propuesto al otro, ¿cuál será su decisión?


Los prisioneros podrían llegar a la siguiente conclusión:
" Si testifico, pero el otro prisionero no lo hace, me libro de la cárcel (en lugar de sufrir un año de condena). Si los dos testificamos, me condenarán a dos años (en vez de tres). En estos casos me sale mejor darle las pruebas a la justicia y testificando se reduce mi condena un año, haga lo que haga el otro".



El problema es que si los dos prisioneros presentaran un comportamiento racional, llegarían a la misma conclusión y terminarían testificando los dos. Esto conllevaría a los dos años de prisión para ambos. Si se hubieran negado a declarar los dos, solo habrían sido condenados a un año cada uno. Pero " ¿ y si yo me niego pero el otro aporta las pruebas? Me condenarán a tres años, mientras que él saldrá libre" Por tanto ninguna de las dos opciones es preferible. Tanto en el caso de colaborar (testificar) como en el caso de desertar (negarse a aportar las pruebas) la condena dependerá de lo que haga el otro, es cuestión de arriesgarse.















John Forbes Nash, arrogancia y talento.



Pondré ahora algunos puntos interesantes de la biografía de este genio. Más detalles en http://www.laflecha.net/perfiles/ciencia/john_nash



Comenzó a leer a muy temprana edad, pero sacaba malas notas en clase. A pesar de tratarse de una mente privilegiada, siempre ha sido considerado un niño solitario, aunque su familia era muy cariñosa y abierta. Debido a esta actitud de aislamiento, Nash no solía jugar con los demás niños y veía sus momentos de diversión como una auténtica pérdida de tiempo y como distracciones para sus experimentos y estudios. Prefería quedarse en casa leyendo libros e incluso enciclopedias. Precisamente esto hizo de él un hombre carácter orgulloso y arrogante.



-Primero quiso estudiar Química, pero un profesor se dio cuenta de su talento con los números y le recomendó que se decantara por las matemáticas.



-Siguió estudiándolas en la Universidad de Princeton, de la cual debía sentirse muy afortunado (Jon Von Neumann -pionero en la teoría de juegos-, Albert Einstein o Robert Oppenheimmer, creador de la bomba atómica. Muchas de las mejores mentes del momento se encontraban en ese momento allí) , aun así él era tan egocéntrico que siempre quería sentirse superior al resto, ser el mejor.



-Fue premiado Premio Nobel de Economía . En la tesis Nash expone el punto de equilibrio; establecía que en un juego no cooperativo de varios participantes existe un equilibrio; es decir, hay actuaciones en las que nadie puede mejorar su situación simplemente cambiando su elección si los demás no cambian la suya.



-Trabajó para la RAND Corporation, una institución que canalizaba fondos del gobierno de los Estados Unidos para estudios científicos relacionados con la Guerra Fría. También era profesor en Princeton.



-Sufrió esquizofrenia paranoide.





Sus demás colegas de trabajo pensaban que era un arrogante, pero lo aguantaban básicamente porque... era un genio.

martes, 1 de abril de 2008

JUEGOS DE SUMA CERO, LA RAZON DE MUCHOS CONFLICTOS

Hoy analizábamos algunas situaciones en las que se dan juegos de suma cero, aquellos en los que uno gana a costa de que otro pierda. Nos hemos dado cuenta de que muchos de los conflictos, sobretodo guerras, se deben a un juego de suma cero y para explicarlo nos hemos remontado a nuestros más antiguos orígenes: el paleolítico.

Poníamos el ejemplo de una tribu que queda dividida en dos grandes hordas. El conflicto se produce cuando la caza empieza a escasear y ya no puede abastecer a toda la gran tribu. Por lo tanto, la única forma de que sobrevivir es matar al otro grupo. Estamos frente a un claro ejemplo de juego de suma cero, en el que se provoca una guerra por los recursos.

Otro ejemplo parecido es el que se vive en una situación límite, en la que dos personas se quedan encerradas en un lugar con comida para que solo sobreviva uno. Si intentan compartirla, ambos morirán. Pero si quieren sobrevivir no tendrán más remedio que matar al otro.

En cambio, si a las mismas dos personas las dejas en un campo con un pequeño huerto y las misma cantidad de comida para uno, la situación cambia. En este caso las dos personas colaborarán entre ellos para producir alimentos y aumentar la riqueza, es un juego de suma positiva. De esta forma ninguno de los dos puede prescindir del otro para aumentar su riqueza y se aprovechan de la otra persona.

En nuestra sociedad muchas veces vivimos situaciones parecidas a esta, en las que se expone un juego de suma positiva. Por ejemplo, cuando cogemos el tren a veces nos sentimos tentados de no pagar, de pasar desapercibidos. Y en parte, si una persona no paga el tren un dia o incluso más, no pasará nada, nadie se dará cuenta y el tren seguirá funcionando. Pero si todo el mundo se dedicara a escaquearse, ¿ quién pagaría todos los gastos que supone el servicio del tren? Obviamente, nadie; el tren dejaría de funcionar.

Existen muchos desertores, gente que se aprovecha de la labor conjunta de otros y que pasan desapercibidos. Pero ¿por qué no ser un desertor?, ¿ por qué no pagar el billete del tren si sabes que otros sí lo harán y seguirá funcionando? Si todos pensasemos así, acabaríamos con la sociedad poco a poco, pero solo hay unos cuantos que son desertores, y les va muy bien.

La elección es de cada uno.




Guerras por los recursos


Bueno, voy a poner aquí un fragmento del libro Guerras por los recursos de Michael T. Klare. El texto lo encontre en una página web, que dejo aquí por si alguien quiere saber con más detalle sobre qué trata el libro. http://www.ulibros.cl/estudio/guerra_por_los_recursos.htm



"Hasta época bien reciente los conflictos internacionales se regían por consideraciones políticas e ideológicas; en cambio las guerras del futuro se harán, principalmente, por la posesión y el control de unos bienes económicamente vitales, y más particularmente por los recursos que precisan las modernas sociedades industriales para funcionar. Cualesquiera que sean sus raíces individuales, cada uno de los conflictos descritos en los capítulos anteriores constituye una manifestación de esa rivalidad mundial."


Bien, pues esto concuerda con lo que hablába más arriba. Existen unos recursos por los que los humanos luchan para sobrevivir, y esto es, fue y será la fuente de la gran mayoría de las guerras.