martes, 11 de marzo de 2008

Bueno, esta ya es la última entrada del segundo trimestre, y por romper un poco con la monotonía, hablaré de un tema no relacionado con las clases de ética, de cualquier manera trataré que tenga algo que ver con éstas.

Hoy es el día de la evaluación de mi clase. Los profesores se reúnen y evaluan a cada alumno, también se imprimen las notas definitivas del trimestre. Estos días nos han estado dando algunas notas finales de cada asignatura. Me parece curioso el comportamiento de nosotros, los alumnos. Por eso, aunque no tenga mucho que ver con la ética, plasmaré aquí lo que he observado, ¿por qué no?

Aparentemente todos nos alegramos de las notas de nuestros compañeros y en cierto modo, es verdad pero siempre experimentas una sensación ( que no me arriesgo a calificar) cuando alguien te supera o, por el contrario, eres tú quien ha superado a alguien.

A principio de curso hablábamos de competición y colaboración.
En el segundo trimestre mencionamos los incentivos.

Lo que yo pienso es que la idea de competir entre nosotros, siendo nuestro incentivo sacar la máxima nota posible, da buenos resultados. Muchos son los que no reconecen esto , pero la realidad es que todos competimos, siempre con deportividad, y no solemos decirlo abiertamente porque da la impresión de somos unos egoístas y queremos ser los mejores.

¿Es malo querer ser uno de los mejores? Siempre y cuando se haga todo limpiamente., ¿ estáis de acuerdo conmigo en que uno de los incentivos de los alumnos es superar a otros y a la vez superarse a sí mismos y obtener mejores resultados?